viernes, 18 de noviembre de 2011

La Vereda de La Plata: De Andújar al Centenillo






LA VEREDA DE LA PLATA: Breve apunte pseudohistórico
He estado repasando algunas fuentes sobre el origen de este nombre y no hay mucha luz. La denominación de esta vereda debe remontarse a un uso antiguo de la misma, probablemente en época romana. Cabe la certeza de que las minas del Centenillo y sus alrededores tenían una galena con grandes proporciones argentíferas. De ahí que los transportes del preciado mineral hasta el puerto que la metrópolis de Iliturgi (ubicada en los entornos de Mengíbar) tenía en la actual Andújar, se realizaran por este camino. Como habéis podido observar, el trazado que seguimos ayer es muy suave si lo comparamos con la abruptuosidad del paisaje que transitábamos. De ello se deduce (si no es mucho deducir) que fueron los romanos, con sus fantásticos ingenieros de caminos, los que trazaron su recorrido.
Mirando el catalogo de caminos y vías de la época romana, se documenta una vía que transitaba entre el puente romano de Andújar, Ermita de San Ginés, puente romano de Lugar Nuevo, y así hasta el Centenillo. Así pues, este es el significado de la vía que transitamos el pasado domingo.
En otro orden de suposiciones, también cabe la posibilidad de que esta vereda fuese usada, y me remonto a las mismas fechas o épocas, como tránsito entre esta zona y las llanuras manchegas, ya que hubo un buen tramo de camino que fuimos viendo a nuestra derecha la cuerda de montes que delimitaba Andalucía con Ciudad Real, y en algún lugar o collado se produciría el paso. Así pues, desde el Centenillo habría una lógica conexión con el Empedraillo, y de ahí a la llanura manchega.



Bueno, sin ánimo de meterme en los entresijos de la historia, estas son, como he dicho antes, suposiciones, aunque basadas en documentos más o menos fiables.
En la actualidad es una vía transitable. Recorre unos parajes adehesados de amplias vistas al valle del Guadalen, los Escoriales, el mirador de los Alarcones nos ofrece unas vistas desmesuradas de las crestas de Despeñaperros, el mirador de los Pastores es la antesala a un fantástico pinar antes de pasar por Los Selladores y el Contadero. Y por una bonita aliseda se llega al Centenillo.











martes, 1 de junio de 2010

CICLOTURISMO EN LA UNIVERSIDAD POPULAR MUNICIPAL DE JAEN












La verdad es quecuando se lo planteé a Raul, lo hice de una forma tímida. Esperaba una respuesta rara. Digo rara porque Raul es una persona con una exquisita sensibilidad, y aunque le hubiese parecido extraño o no viable, la contestación hubiese sido cortés y sencilla.
La contestación no se hizo esperar, “p’alante Andrés”…………………………………………………, ahora ya estaba todo dispuesto para encender los motores y empezar a rodar. Yo habia dado cursos de mi área de conocimientos: Ciencias de la salud, en realidad ahora soy profesor asociado de la UJaen. De algo de lo que entiendo mucho: de tiro con arco. Pero ¿de algo de lo que entiendo algo menos?. Pero eso sí, con todo el cariño del mundo, una buena ración de paciencia, autoconfianza y un mucho de busqueda de información y la preparación de todo el material, en fin, que todo estaba dispuesto.
Solo me preocupaba un insignificante enorme detalle: el perfil del alumnado. Me podría encontrar con un grupo de los denominados BIKERS con las características que ellos tienen.Me podría tocar un grupo de los denominados elefantes, que podria acarrear unas cuerdas para arrastrarlos, o lo peor, me podria haber tocado un grupo mixto entre esos extremos. Pues nada de eso, ni elegidos por mí hubiese reunido un grupo tan diverso, pero tan cohexionado a la vez. Si me quedaban dudas sobre el grado de implicación que yo ba a tener en el curso, cuando conocí a los alumnos, y sobre todo despues de la primera salida, estas dudas se disiparon.
Poco a poco, nos fuimos conociendo. Nos fuimos adaptando. Fuimos aprendiendo. Fuimos rodando. Se formaron los grupos, o sea un grupo. Las conversaciones en ruta. Los chistes, y sobre todo, aprendimos a disfrutar de la bicicleta.
No se trataba de ir allí o aquí. Se trataba de montarnos en la bici y pedalear. Las cuestas?, ¿eso que significa?. No sabemos el significado de palabras como cuestas, repechones, kilómetros, frio, lluvia, barro, calor.
Hemos aprendido lo que es de verdad la campiña de jaén. Lo que es de verdad las bonitas sierras de nuestra provincia. Hemos visto castillos que no sabiamos que existian. Hemos visto Miliarios algo extravagantes. Hemos transitado por vías romanas.
Sabemos de pinos, quejigos, encinas, cornicabras, alcornoques, alisos, genistas.
Sabemos ver buitres leonados, águilas perdiceras, milanos, cernícalos primillas, cuervos. Sabemos qué hacer para que los ciervos no se nos asusten, hemos distinguido a los zorros. Y no hemos visto linces por un pelín (jajajajajaja). Alguno se tapó la camiseta roja al pasar por las dehesas de toros bravos.
Hemos estado dentro de enormes dolimas, hemos visto rarezas botánicas como la piel de leopardo, hemos estado en paisajes karstzicos, hemos atravesado ríos, hemos transitado por gargantas, hemos rodado a 1.750 m.s.n.m.
Esto ha sido, en muy sintético planteamiento, lo que hemos hecho este año montados en nuestras sencillas bicicletas. Espero que el año que viene profundicemos en algunos aspectos que se nos han quedado un poco cortos e iniciemos algunos algo mas interesantes. Prometo que para este proximo curso nos pasaremos al “lado obscuro del cocloturismo”.
Pero, las fotos hablarán por mí.
Saludos

Aqui os dejo un video de Paco
http://www.youtube.com/watch?v=p42rgypQb0o&feature=player_embedded

viernes, 1 de enero de 2010

Los Campos de Hernan Pelea: "un regalo para los sentidos"

Cuando hablamos de las sierras de Segura, Cazorla y las Villas, no nos imaginamos paisajes como el que vais a ver a continuación. La zona de Santiago-Pontones está compuesta por lugares de los que podiamos denominar como "poco tocados". Los habitantes de esta comarca han vivido en una situación de semi-aislamiento hasta relativamente hace poco tiempo. Realmente, la actividad humana en estos lugares es la misma que hace varios siglos: la ganadería extensiva y la agricultura de subsistencia. Esto hace que los recientes cambios experimentados en la zona, desde la construcción de la carretera desde hornos y su posterior remodelación,no esten teniendo un impacto importante sobre la región.
Era una zona que deseaba, desde hace mucho tiempo, recorrerla en bicicleta. Para mi tiene un importante encanto, ya que la conocia por historias y leyendas contadas por habitantes de esos lugares.

Mi compañera de trabajo Oti, me contaba fantasticas leyendas de los lugares donde nació y por donde se crió. Me hablaba de los campos de Hernan Pelea (así los llaman los lugareños) como de una zona en la que la mitología tiene una importante presencia. Las historias sobre el Pino Galapan, que entre cuatro hombres no lo abrazaban. "Es un árbol que persiste desde que esas tierras estaban habitadas por gigantes". La sima del Pinar Negro, cuya profundidad era incalculable, y de donde salían gemidos en días de tormenta. Las llanuras de los campos, en donde se habian perdido personas los dias de ventisca y no se habia vuelto a saber de ellas. Un largo etc. de historias que habian hecho que mi imaginación las completara y las concluyera. Era necesario ver ese fantástico paraje.

Un claro día de otoño, mi amigo Hortelano (apellido) y yo, nos dispusimos a recorrer la zona. Salimos de una aldea de Santiago, los Ruices, y siguiendo la carreterilla que va a la Matea por la zona del norte, fuimos transitando por unos parajes, lugares y aldeas que eran un fantastico disfrute para los sentidos. El otoño en la zona había transformado el color de las hojas de los árboles de las riberas y los pintó de un dorado, que al trasluz del sol parecían de oro puro. La Huerta del Manco, el Poyo Catalan, lugares por donde transcurrimos, que se han librado de la despoblación gracias a la recuperación de la especie autóctona de la Oveja Segureña. Lana, leche y carne. Los productos estrella de la zona.

La sucesión de aldeillas proporciona un paisaje de lo mas pintoresco, cada rincón del camino era una autentica postal rural. Los contrastes de colores del cielo, la vegetación y el terreno nos iban deleitando. Cada aldea tiene su propia personalidad.


Al llegar a la Matea, la mas grande de ellas, nos aprovisionamos en una panadería con horno de leña, un pan fino llamado "cata" y unas tortas de nueces y de garbanzos. Con un buen café, fué un fantastico desayuno que nos cargó las pilas a tope. La merendola la hicimos en un lugar de picnik que hay a la salidad de la aldea. Hay aseos, merenderos, barbacoas y zona de acampadas. El lugar es paradisiaco.


Hasta ahora vamos transcurriendo por una carreterilla asfaltada, que va tomando altura poco a poco pero de firmemente. LLegamos a la aldea del Cerezo, allí nos tenemos que detener porque es donde nació mi compañera. LLegamos al único emporio comercial que hay en el lugar, casa Susana. Bar, tienda, correos, recados, etc....

Nos encontramos con algunas postales rurales de las regiones mas profundas.


Las contrucciones estan aún en estado puro, delicias a la vista y al objetivo.

Seguimos transitando por la carreterilla principal de la región, pasamos por el Patronato y llagamos hasta la última aldea, Don Domingo. Aquí, en el hotel rural que antes era la casa forestal. hay un cruce de caminos señalado por un poste. Hay que aprovisionarse de agua, ya que hasta ramblaseca no hay donde hacerlo.


Desde don Domingo hasta el primer cruce hay un bonita bajada. Estaremos atentos ya que justo antes de cruzar el puente, nos desviamos a la derecha para entrar en los campos por el arroyo del Borbotón, tomando así el camino general de los Campos.
Los paisajes ya apuntan postales de una naturaleza casi en estado puro

En la bajada de don Domingo, si continuasemos de frente, llegariamos al lugar donde habitan los gigantes. El pino Galapan, entre los cuatro que lo fuimos a visitar no lo pudimos abarcar. Os dejo una foto del día de antes.



Nosotros tomamos el desvio inmediataente antes del puente, y subimos por el arroyo del Borbotón. Hay que decir, que siguiendo el camino del pino Galapan tambien se llega a los campos, pero no por el camino central, sino por el del sur y se juntan despues.





En don Domingo nos despide un macho cabrío que, de noche, nos hubiese recordado alguna de las fantasticas leyendas de espíritus y demonios.

Por el camino que sigue al arroyo del Borbotón comenzamos una suave pero mantenida subida que al ser muy irregular nos da muchos respiros y descansos.


El camino central de los campos ha sido recientemente adecuado, como cada año antes de que lleguen las enormes nieves del invierno en esta zona. Ya nos aproximamos a las llanuras esteparias.



La primera vista de los campos es fantastica, aunque parezca mentira, en estas latidudes tan agrestes hay una enorme vida.



Avanzamos unos cuantos kilómetros y el paisaje, el terreno, cambia de forma radical. Un paisaje agreste, donde las dolimas son la única consistencia orográfica y dentro de ellas, se refugia la poca flora y fauna que se atreve a vivir en estas latitudes. Estamos a 1.700 m.s.n.m.
Este espacio, está totalmente hueco. Oradado por las corrientes subterraneas del agua que recogen y filtran las concavidades dolímicas y,a la postre serán los espacios de los que se nutrirán los ríos de la sierra de cazorla, como el Borosa.



A cada 20 ó 25 km nos encontraremos un refúgio de alta montaña. A una jornada del siguiente y repartidos por todos los campos. Debemos de tener en cuenta que esta región, por estar muy alta es muy traicionera desde el punto de vista meteorológico, entre un vientecillo y una ventisca de nieve de gran calado hay media hora de diferencia. El la gran llanura, los caminus desaparecen y, las referencias son escasas.


Al llegar a Ramblaseca damos por terminado nuestro períplo por los Campos de Hernan Pelea y nos disponemos a adentrarnos en el corazón mas desconocido de la Sierra de Cazorla. Hemos avandonado la Sierra de Segura. Nuestras piernas nos pedian algo de combustible. De las alforjas íbamos sacando las energéticas tortas del horno de la Matea que nos supieron a gloria.


Un pastor de la zona nos comentó que en el refugio de Ramblaseca se había hospedado durante unos 20 días un "jipi con una bicicleta cargá hasta los topes", y que ayer pasaron dos vascos que hacian la transandalus. Me imagino que el tramo de Pontones al pantano de la Bolera, que coincide en parte con la rutilla que nosotros llevamos.

Tras una subida desde Ramblaseca hasta el collado del Pino de Felix Rodriguez de la Fuente, comenzamos un fantástoco descenso ya por el valle del Guadalentín. Los cortados son abismales y durante un buen trayecto comtemplamos a nuestra izquierda el macizo llamado "caballo de acero". Comienza un espeso bosque de pino de repoblación pero con importantes lagunas de pino larico, de noble porte y bien distinguido de su bastardo hermano maderero.


Todo ha cambiado en unos cuantos kilómetros, hay vida. el silencio al que se desplaza la bicicleta hace que sorprendamos a algunos de los habitantes de este lugar. Este ciervo "vareto" se sorprendió al vernos pero no corrió hasta que no lo fotografiamos.


A unos 6 km. antes de llegar a la Nava de San Pedro, tomamos un camino muy pendiente que tras una fantastica bajada nos lleva directamente a las llamadas Lagunas de Valdeazores, nacimiento del río borosa. Son unos 4 Km. de fuerte bajada sin descansos que hicieron que mis pastillas de freno pasaran a mejor vida. Al llegar a las lagunas intenté arreglarlas, aproximarlas y no se que mas, pero el hierro con el hierro no suele frenar.
Me quedaba la parte mas técnica del camino, y la mas complicada a la postre, y yo sin frenos, nada.

El cabreo hizo que pasara un poco desapercibida la belleza de los parajes que ibamos discurriendo, ni fotos me apetecía hacer . Cruzamos los túneles con mucha dificultad, ya que solo las personas ya de por si les cuesta, con las bicis es aún peor. En el último tunel, pasé la bici por el caminillo y yo, la fuí sujetando desde el otro lado del cable, pisando mis piés por el filo del canal.



La bajada despues de los tuneles fué muy angustiosa, pies al suelo y sujetando una bici sin frenos por unos pedregales que, a poco que te descuidaras, estabas en el fondo del barranco. Algunos tramillos podiamos haberlos hecho montados, pero los frenosssssssss. Solo lo impresionante del paisaje hacía que mi cabreo se diluyera progresivamente. mereció la pena hacer esta travesía.

El rio Borosa, cada paisaje una postal. Agreste. Salvaje. Misterioso........., chorreando que nos pusimos con tanta agua por todos los lados. En cuanto nos salimos de la zona de las cascadas, me cambié de ropa y a seguir, sin frenos pero a seguir.


Parte del caminillo discurre por un torrente.


Belleza y dureza, son los calificativos de la zona alta del rio Borosa.



Al llegar a la Cerrá de Elías, eran las 4 de la tarde, habiamos quedado con Chus y con Mª José , nuestras sufridoras compañeras, en la torre del Vinagre. No hay covertura, ni frenos, ni nada que llevarse a la boca.



Poco a poco fuí llegando, sin frenos y un poco cabreado, por unas putas pastillas de frenos. Lo maravilloso del paisaje. lo emblemático de la ruta. Esto es una autentica delicia para los sentidos.


Esta rutilla ha pasodo a mi srecuerdos mas bonitos, pensarla y realizarla, y, comentarla, no se cual de los apartados me ha resultado mas placentero.